lunes, 25 de noviembre de 2013

Girasolín



Los niños y niñas de una clase de primaria recibieron un día un montón de semillas de girasol para plantar.


Uno de los niños plantó su semilla y la cuidó mucho, pero en cuanto salió el primer brote, el niño impaciente quería arrancarlo arrancó. Su profesor le explicó que debía esperar aún un tiempo para poder recoger buenas pipas de girasol, pero el niño no pudo y su impaciencia hizo que arrancara la planta aún verde. El niño quedó desolado al ver que sus pipas no se podían comer. Pero más desolado se quedó cuando al cabo de un tiempo vio que las plantas de sus compañeros eran grandes.

El niño se propuso firmemente no volver a ser tan impaciente y hacer caso al profesor. Los compañeros compartieron con el las pipas de sus girasoles.

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